En la sala 206 del Museo de la Reina Sofia en Madrid, se puede contemplar la obra de arte original del pintor español Pablo Picasso titulada «Guernica». Para quienes no hemos tenido, aún, la oportunidad de estar delante de este lienzo pintado al óleo de 3.5 metros de altura por 7.7 metros de ancho; podemos contemplar la obra con el detalle que nos ofrece un estudio digital a partir de diferentes acercamientos de visión, gracias a una extraordinaria experiencia virtual que ofrece el sitio WEB del museo (Museo Nacional de Arte Reina Sofia, 2022).
Antes de hacer «zoom» en cada trazo imperceptible por la vista natural, acudiré a las sensaciones a partir de la contemplación de esta obra considerada como símbolo de la resistencia del ser humano ante la crueldad, la tiranía y la ambición. Aclaro que el conocimiento de los hechos ocurridos el 26 de abril de 1937 en la ciudad vasca de Gernika condicionan mis sentidos para producir sentimientos y pensamientos de rechazo hacia las acciones inhumanas del dictador Francisco Franco, quien permitió al ejército nazi atacar a la población civil española. En todo caso, la aversión que me provoca el hecho histórico detona una admiración natural por el artista que nos legó una obra de arte inspiradora y de gran impacto visual.
La mujer que clama al cielo mientras es atacada por las llamas, la persona que busca compartir un poco de razón a través de su pequeña lampara, la madre que sostiene el cuerpo sin vida de su hijo sin pupilas, el jinete derrotado con la espada rota, el cuerpo afectado, a punto de caer, de una mujer que observa hacia un ojo de luz artificial de una divinidad construida y por lo tanto falsa; me recuerdan que en la zona del Donbass en Ucrania, cientos de personas civiles han sufrido durante años, los ataques de paramilitares neonazis.
A pesar de la experiencia atroz, producto de miles de guerras, aún existen seres humanos que desprecian su condición humana, la cual conduce a la apreciación del arte y el amor a lo semejante, sometiéndose a las condiciones impuestas por una absurda y parasitaria (por ser sus acciones motivo de su propia destrucción) persecución de poder y riqueza; elementos que al ser aplicados a la degradación humana causan desdicha y dolor.
El Guernica de Picasso es ante todo una voz de reclamo, la cual no se coloca en la esperanza sino en la acción: el tiempo no lo cura todo, es necesario dinamizar la actitud que profundice en los mecanismos de control que provocan al ser humano seguir en la inercia de la manipulación. Al ver el Guernica recuerdo que antes de aceptar las aseveraciones recetadas por los medios de comunicación es necesario dudar, investigar, comprender y modificar conductas. Por otro lado, la obra del artista español me hacer pensar que, en las más oscuras circunstancias, siempre habrá una luz que nos haga valorar el espíritu humano que ha sido capaz de recrear la belleza del universo en obras de arte que nos impulsan a no rendirnos.
Referencias
Museo Nacional de Arte Reina Sofia. (28 de febrero de 2022). Repensar Guernica. Obtenido de Museo Naciola de Arte reina Sofia: https://guernica.museoreinasofia.es/